23 Dic Cartas a los Reyes Magos Antiguas
Hoy en día tenemos totalmente asumido que todas las Navidades se escriba una carta para contarle a los sus Majestades de Oriente lo que queremos que nos regalen la mañana del 6 de enero. Todos o casi todos lo hemos hecho de niños y hemos pasado el testigo a las nuevas generaciones que previsiblemente harán los mismo con quienes vengan después.
Sin embargo, la gran mayoría desconoce cómo y cuando surgió esta tradición. Pues bien, el inicio de la tradición se remonta (como mínimo y que sepamos) a hace más de un siglo, ya que la primera carta de este tipo que se conserva está fechada el 14 de diciembre de 1899.
La escribió una niña almeriense llamada Amalia Yebra y Rittwagen. En ella pedía una muñeca china, un cabás (una maleta pequeña que servía para llevar los libros y otros útiles escolares) y una caja de dulces. Leyendo esa lista tan breve podríamos decir que esta pequeña no estaba acostumbrada a grandes lujos, pero lo cierto es que pertenecía a una de las familias más pudientes de Almería.
Y no es que se conformara con poco. Lo que pasa es que lo que pidió era en esa época un lujo que muy pocos podían permitirse. De hecho, las primeras cartas para los Reyes Magos que se conservan provienen de casas adineradas. Además, aunque era habitual que los niños pidiesen algún juguete, incluían en las cartas otros artículos: material escolar, dulces, decoración o ropa.
La verdad, tras analizar las cartas a los Reyes Magos del siglo XX, no se encuentran muchas cartas de niños de familias de clase baja o media hasta las décadas de los 50 y 60, cuando el nivel de vida iba siendo más elevado y las familias podían dedicar cierta cantidad de dinero a juguetes.
Sus Majestades Los Reyes Magos Responden
Es fácil de suponer que la carta de la niña Amalia Yebra no fue ni mucho menos la primera que se escribió (solo es la primera de la que hay constancia), ya que también apareció otra carta anterior, concretamente de 1892, pero esta vez escrita por los mismísimos “Reyes Magos”.
En ella sus Majestades de Oriente responden a un niño llamado José María Guillén- García y Gómez. Aprovechan para decirle que, aunque saben que los quiere tanto (“con delirio”) a ellos, al Niño Jesús y a la Virgen María Santísima, hubiese tenido más regalos de haberse portado mejor (es decir: “si se hubiese comido todo lo que ponían en el plato” o creyese más en su “papá” y en su “madrinita”).
No obstante, alaban que tire besos al Sagrado Corazón de Jesús, que bese la mano de sus reverendos y que entone cánticos religiosos. Además, le prometen que si para el próximo año ha corregido esos aspectos de su comportamiento serán todavía más generosos.
Para terminar le cuentan para qué sirve cada una de las cosas que le han dejado en casa. A saber:
- Un coche y un columpio para que no grite y salte tanto.
- Dulces para que comiera solo y “sin hacer porquerías”.
- Una casulla, unos candeleros y el Alba la custodia para que eche sermones.
- “Pastillas del Congo” y agua de colonia para no le cueste lavarse la cara y sea más dócil.
- Sobres, papel de dibujo y lápices para que pronto sepa las letras y después pinte y dibuje.
- Una pizarra para que juegue quietecito.
- Un caballo, un vapor y un ferrocarril para que haga bondad por la calle.
Después de todo, tampoco puede decirse que se quedaran cortos 🥲
Las Cartas a los Reyes Magos del Siglo XX
Las carta de Amalía y la que los Reyes Magos dejaron al niño José María junto a sus regalos son las únicas anteriores al siglo XX que se conservan en el Museo de la Escritura Popular.
Ya entrados en esta época, aproximadamente entre 1916 y 1923, se encuentran otras tres cartas dirigidas a SS.MM. que pertenecen al fondo nobiliario del condado de Almodovar.
Estas cartas están escritas por los niños Perico, Inés y Rosario:
Inés pide un muñeco que sea de cartón como el que tiene su hermana, y que además incluya tres vestidos y par de capotas. En el caso de que sus majestades no le trajeran un “lavabito” se conformaría con un carrito de toldo. Y no solo piensa en ella. Para “Jaime” (¿tal vez un hermano) quiere una trompeta de guardia o un triciclo, mientras que para “Diego» bastaría con un “algo».
Transcripción
Deseo que nos den vuestras Majestades un muñeco que tiene tres vestidos y dos capotas; es de carton como el que tiene mi hermana. De no darme un lavabito entonces un carrito de toldo.
Jaime un triciclo con caballo ó una trompeta de guardia.
Algo para Diego.
Adios queridos Reyes, vuestra servidora.
Ines.
Rosario, por su parte, les dice que sabe que siempre les traen lo que desean (¿a sus hermanos y a ella?) y les manifiesta que quiere tres libros de la biblioteca rosa. Además, una peseta para “hacerles cualquier ropita a los pobres”.
Transcripción
Queridos reyes deseo que como siempre nos den lo que deseamos: Vuestras M.M. tendrán la bondad de traerme tres libros de la Biblioteca Rosa, uno se llama Les Bons Infants, otro les Vacances y otro que no recuerdo el nombre pero que saben V. Sus Majestades , que me gusta y un lavabo que venden en Medel . Una peseta para los pobres para hacerles cualquier ropita.
Adios queridos Reyes vuestra humilde servidora.
Rosario.
El único chico de los tres, Perico, reconoce que es bastante atrevido porque aunque “Sus Majestades no suelen dar nada a los 12 años”, todavía se atreve a pedirles cinco pesetas en concepto de indemnización. “Sus majestades sabrán”, acaba diciendo, no sin antes pedirles que dispensen su atrevimiento y declarándose su servidor.
Transcripción
Sabiendo ya que Vuestras Majestades no suele dar nada a los doce años yo aunque bastante atrevido os pido cinco pesetas en indemnización de lo que he gastado hoy como vuestras Majestades sabran.
Ya no me atrevo a ser mas petidor:
Vuestras Majestades dispensesn de mi atrevimiento y queda vuestro seguro servidor que besa vuestros pies el humilde siervo.
Perico.
Un poco más adelante, en 1939, un tal Jaime Quiros de Oviedo pide una buena caja de lápices, pues ha sido muy bueno y obediente, aunque algo “lloroncín” (solo un poco).
Ya en 1944, Paquito Segrelles de Alicante no pide, sino que agradece a los Reyes lo que ya le han traído y les promete ser un hombre de bien.
Las décadas iban pasando, pero hay algunas cosas que seguían (y seguramente siguen siendo en alguna medida) iguales de generación en generación. Por ejemplo, el prometer que se iban a portar bien o alabarse a sí mismos contando lo bien que se habían portado ese año.
Unas cartas que cuentan muchas cosas
Lo cierto es que analizando estas cartas podemos obtener mucha más información de lo que pudiera parecer a primera vista. Entre otras cosas, la situación general del país y cómo fue cambiando. No hay duda de que de ahí podría salir todo un estudio sociológico.
Hasta que llegaron los años 50 y 60 hay muy pocas cartas que no sean de niños provenientes de familias acomodadada. Y es que, hasta entonces, raras eran las familias humildes que podían permitirse algo que fuera más allá de la misma muñeca de todos los años (vuelta a envolver como mucho) o un dulce que les sacara al menos un poco de la rutina en un día tan mágico como ese.
Cuando la situación general fue mejorando, también eran muchos los que solicitaban cosas prácticas o para algún detalle para algún miembro de su familia. Además, algunas de las cartas ya venían con dibujos de juguetes y juegos, como se puede ver en la carta superior de 1970.
Evidentemente, las cartas conservadas representan solo un porcentaje muy pequeño. Y es que muchas, que fueron mandadas por correo ordinario a algún buzón especialmente habilitado para la ocasión o a una juguetería, lamentablemente fueron destruidas.
Pero aunque han cambiado cosas externas como el tipo de caligrafía o de que los niños lo tengan mucho más “fácil” a la hora de marcar lo que han escogido (en catálogos creados con ese fin o con una sección específica o a través de Internet) hay cosas que nos dicen que tal vez en el fondo no hayamos cambiado tanto.
Analizando algunas cartas escritas hoy en día, casi todas empiezan igual, prometen las mismas cosas y hasta se dirigen de la misma manera a sus Majestades de Oriente. Seguramente siga así por muchos años y bien que siga así. ¡Feliz Navidad y Feliz próximo día de Reyes! 🎄
Sorry, the comment form is closed at this time.